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16 de noviembre de 2011

Descansando en Villa General Belgrano

Tras el largo viaje de autobús ( esta vez no tan cómodo como otras veces ), decidimos tomarnos unos días de vacaciones de esta profesión tan dura como es ser turista. Para ello elegimos un pueblecito a 90 km de Córdoba: Villa General Belgrano. Tomamos un bus que salía tan solo 5 minutos después de nuestra llegada a Córdoba, así que corriendo sacamos los billetes para volver a montar en otro bus que duraba esta vez dos horitas. En total 22 horas de viaje ¡no está nada mal!
Posada Labriego
Llegamos y enseguida fuimos a instalarnos a nuestro nuevo hogar, la "Posada Labriego", un sitio maravilloso en plena montaña, con unas habitaciones estupendas y una piscina preciosa. Al ver el lugar besé a Alberto por elegir un sitio tan perfecto que además no es nada caro.
Para empezar bien el día decidimos, tras refrescarnos un poco, visitar la fábrica artesanal de cerveza, Viejo Munich, donde tras una explicación de como se elaboran los distintos tipos de cervezas, nos sentamos a probarlas. Probamos la rubia y la roja. Realmente el sabor es bastante diferente de las últimas birras que hemos bebido ( que son bastantes, jajaja ).Aprovechamos también para comer algo. Tomamos solomillo y trucha que estaba buenísima (hacía mas de un mes que no tomábamos pescado).
El resto del día se lo dedicamos a la piscina ya que estábamos agotados del viaje. 
El domingo nos despertó una tormenta impresionante, pero hasta eso se puede disfrutar. Abrimos las cortinas para ver la lluvia y volvimos a dormirnos con el ruido del agua ( super relajante ). Siguió lloviendo casi todo el día, así que vimos la fómula1, escribimos unas postales y disfrutamos de la posada. Conocimos también a Celia, una chica Argentina de familia española, que estuvo viviendo en Valencia durante unos años. Ya sabes Celia si vuelves a Valencia tienes tu casa.
Torre del reloj


Fábrica de cerveza
Por fin, cuando dejó de llover nos fuimos a visitar el pueblo y nos quedamos alucinados. Es precioso. Parece de juguete, todo de madera, lleno de tiendas con artesanías, chocolates, parecía mas que estábamos en Alemania que en Argentina. Íbamos paseando y no podíamos parar de hacer fotos a todos los sitios, hasta la comisaria de policía era chulísima.
Comisaría de policía
Al día siguiente seguimos nuestro paseo por el pueblo, visitamos la torre del reloj ( se accede por la oficina de turismo ) desde donde se puede ver todo el valle y donde las vistas del pueblo son espectaculares, vale la pena. Queríamos hacer un paseo por la montaña hasta el cerro de la Virgen donde hay unas vistas del pueblo muy chulas, pero teníamos unas nubes negras siguiéndonos, así que cambiamos el paseo por una terracita y una cerveza. Somos facilones que le vamos a hacer.
Nuestro último día fue mucho mas tranquilo. Salió un solazo impresionante, así que no nos quedó otra que disfrutar de la piscina, eso si, antes Alber se fue a la pelu a quitarse esas canas que ya le cubrían toda la cabeza y a cortarse el pelo. Contento ya con su nuevo look,  ya podíamos seguir haciendo marcha.
Con Celia

"No estaba desnuda...."
La verdad es que de vez en cuando tomarse unos días de relax está genial y es necesario para recuperar fuerzas. Ahora estamos preparados para los siguientes días que van a ser de mucho movimiento, mucho bus y  mucho caminar. Pero eso ya será mañana, ahora a disfrutar nuestra última noche y ya sabéis, un pis y......