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9 de febrero de 2012

Verde, verde y más verde. De vuelta...

Verde, verde y vacassssss

De vuelta hacia Auckland..., hemos vuelto por la costa oeste y hemos atravesado ciudades similares a las ya vistas, así que no voy a detallarlas una por una. Lo que si es impresionante es como todo a nuestro alrededor es verde, verde y más verde, por dónde mires. Normal que sea el país dónde hay más ovejas, vacas, y caballos. De todo este trayecto, destacaría Wanganui, a orillas del río y que si conduces bordeándolo, puedes disfrutar de unas vistas impresionantes.
Bridal Veil Falls
Wanganui
Waitomo, célebre por sus cuevas, en las que puedes hacer desde rapeles hasta rafting, pero que tienswe unos precios tan desorbitados que es imposible poder hacerlas (200$/pp). Pero sin duda, el sitio que más nos ha gustado de este trayecto, es Raglan, una ciudad pequeñita, en la desembocadura del río al mar de Tasmania. Las vistas son increíbles, y las playas de arena negra perfectas para pasear, si el tiempo acompaña (que no ha sido nuestro caso). Además tiene un ambiente surfero perfecto. También tiene cerca unas cataratas (bridal veil falls), vale la pena visitarlas ya que tienen unas vistas increíbles.
Una de las cosas que también nos sorprende, es como cambia el paisaje en cuestión de segundos, puedes ir circulando por carreteras donde no hay nada y de repente tras una curva meterte en un bosque de vegetación super densa y al segundo ir circulando entre montañas, es increíble!!!
Bosque en Te Kuiti
Respecto a los sitios dónde dormir, hemos tenido de todo un poco, a veces las guías nos mandaban a lugares perdidos por ahí, lejos de todo, dónde no se veía ni un alma, así que hemos ido improvisando (gracias a Alber), y nos ha salido bastante bien. En Te Kuiti, encontramos una reserva para dormir, un sitio chulísimo dónde pudimos hacer una mini excursión por dentro de un bosque húmedo y precioso, para ver unas cascadas, además de poder disfrutar de unas patatitas asadas que nos hicimos en las barbacoas que había en la reserva. Lo único malo de todos estos sitios, era encontrar un sitio dónde poder ducharse, no es tan fácil. De hecho, acabamos duchándonos en la piscina pública (menos mal que Alber no tiene vergüenza, porque yo aún estaría usando las toallitas húmedas). De todas maneras al final hemos tenido que dormir en holidays parks y pagar porque no es tan fácil encontrar sitios gratis y decentes.
Una de las cosas que más nos están sorprendiendo de todos los neozelandeses, es que ¡¡van descalzos!! a todas partes: al colegio, por la calle, por la montaña... la verdad es que se ahorran una pasta en calzado, es brutal y súper curioso. Los niños se acostumbran ya de pequeños, supongo para que se les vaya endureciendo la piel y haciendo callo, jajaja.
De picnic en Auckland Domain
Para nosotros lo mejor ha sido volver a Auckland y poder estar unos días más, sobretodo para ver gente, ya que mientras hemos ido visitando todas estas ciudades del norte, nos ha dado la impresión de que estaban vacías, no sabemos dónde estaría la gente, pero por las calles no se veía un alma, por no decir que las tiendas e incluso bares cerraban a las 5, así que nos daba poca opción para hacer nada. Cuando llegamos a Aucklnad todo el entorno cambió, un montón de gente paseando por las calles, los parque llenos, vamos que necesitábamos ya ese rollito de ciudad que tanto le gusta a Alber. Visitamos el mercado La Cigale, un mercado de aire francés, con cantidad de puestos de comida, incluso uno de paella (que no nos atrevimos a probar), dónde aprovechamos a comprar pan de verdad para nuestro picnic en el parque, dónde disfrutamos de música jazz en directo. La gente adora estos acontecimientos y van más que preparados con sus mantas, sus sillas, …hasta champagne, mola muchísimo formar parte de ese buen ambiente. Para completar un día muy bueno, fuimos a Albert Park, dónde tuvimos la suerte de ver como celebran el año nuevo (el año del dragón)los miles de chinos y asiáticos que hay en esta ciudad. Fue chulísimo!!!
Año chino en Alber Park
Todo el parque estaba decorado con farolillos de colores y linternas de todas las formas y animales imaginables, además de actuaciones en directo. La verdad es que disfrutamos a tope, sobretodo Alber que adora el mundo oriental.
Otro día, aprovechando que era fiesta nacional y estaba todo cerrado, fuimos al zoo (22$/pp), para poder ver por fin un kiwi, no podíamos irnos de New Zealand si ver al menos uno (en libertad es casi imposible verlo). El zoo es bastante grande y pasamos gran parte del día allí disfrutando de los animalillos que a mi me gustan tanto.
Volvimos al city center para ir a la galería de arte (una de las pocas cosas que entras gratis), y pasamos el resto del día viendo cuadros que no entendíamos y arte moderno que aún entendíamos menos, pero había otras cosas que nos encantaron, como el edificio que por dentro es chulísimo.

Mt. Edén
Para acabar con esta ciudad que tanto nos ha gustado (a Alber la que más le ha gustado de momento), fuimos a pasear por Parnell village, una zona moderna con muchos barecitos y tiendas metidas entre callejones, y después a disfrutar de las vistas de toda la ciudad desde Mt Edén, una montaña de origen volcánico con un cráter enorme en su cima, y desde dónde se puede ver todo Auckland, un final perfecto para despedirnos.

Tenemos que decir (y nos ha servido de experiencia), que tantos días en campervan nos han parecido demasiados, añadiendo además que como no se puede dormir en cualquier parte y no hay servicios adecuados para poder ducharte, tienes que pagar de nuevo para dormir en un holiday park o similar. Otra cosa medio negativa, es que no te relacionas mucho con la gente, así que no hemos podido practicar mucho el idioma. Pero creemos también que es la única forma si quieres conocer y visitar los máximos lugares posibles.
De todo el norte, Alberto se queda sin lugar a dudas con Auckland y yo me quedo con la zona de Coromandel y la zona geotérmica que me pareció algo impresionante.
Ahora entramos en una de las etapas que más ganas teníamos que llegara: nos vamos a Australia, un sitio al que siempre habíamos soñado con ir, y que tenemos la intención de conocer lo más profundamente posible.
Ahora sólo nos quedan unas 15 horas en el aeropuerto, un pis…. Y a volarrrrr