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17 de mayo de 2012

Hue: Ciudad Imperial

Puerta principal de la Ciudadela
Nos recogió nuestro "fantástico" bus, con una hora de retraso, pero aquí esto es bastante normal. El bus era tremendo, bastante sucio y lo peor de todo, el AC funcionaba fatal, menos mal que pudimos abrir la ventana y nos entraba algo de aire. Llegamos a Hue después de unas 4 horas de viaje, con parada de 30 minutos. Nos pararon en un hotel, en el que rápidamente salieron todos para ofrecernos la estancia. Como siempre vimos la habitación antes de decidir nada, pero la verdad es que aquí los hoteles están genial. Conseguimos una habitación con A/C por supuesto, por 14$, con desayuno y wifi...vamos reduciendo el precio. 
Tras instalarnos y refrescarnos, fuimos a controlar el barrio. Estábamos al lado del río perfume que atraviesa toda la ciudad, es precioso. Encontramos un sitio para comer dónde nos pusimos morados. Alberto unos nachos (está algo cansadillo del arroz) y yo Noodles fritos con cerdo, rico rico!! . Buscamos varias agencias para obtener información acerca de qué ver en Hue, y nos fuimos a descansar y preparar los 2 siguientes días. 


Nos levantamos pronto como siempre, y fuimos andando hasta "La Ciudadela o Ciudad imperial" dónde hasta hace bien poco aún vivían emperadores y príncipes. La ciudadela es impresionante, no hay que dejar de verlo. La entrada cuesta 80000 vnd y puedes pasarte horas allí dentro ya que es grandiosa. La puerta principal es preciosa. Aún quedan bastante edificios en pie con lo que se puede apreciar perfectamente como vivían en esa época y no se andaban con tonterías, sólo dónde vivía la madre del emperador es más grande que un campo de fútbol, con lagos, jardines, increíble!!! Después de pasar casi 4 horas dentro, regresamos paseando por la vieja ciudad, muy diferente a la de Hoi An, nada turística y dónde ves realmente como vive la gente.

Llegamos muertos al hotel y reposamos un poco antes de nuestra nueva salida. Queríamos ver el atardecer en el río perfume, así que nos sentamos delante de una cervecita fresca a esperar el momento. Una vez oscurecido seguimos paseando a orillas del río, dónde por las noches ponen en mercadillo de todo tipo de cosas y dónde también hay puestos de comida, todos con producto frescos del mar que tenían una pinta muy buenaaaaaaaa, aunque esa noche no caímos en la tentación. También es bastante bonito el puente, que lo iluminan de diferentes colores. De regreso al hotel, se nos abrieron los ojos cuando vimos una agencia dónde estaba la excursión que queríamos hacer casi a la mitad de precio que nos pedían en el hotel y otras agencias. En lugar de 150000vnd sólo nos costaba 90000. Decidimos tomarla si duda, ya que la moto que teníamos intención de alquilar nos costaba ya 100000, sin contar la gasolina y además no teníamos muy claro si habría indicaciones para llegar a nuestros destinos. Además en la excursión estaba incluida la comida y una parte del tour en bote, así que no lo pensamos dos veces.
Pagoda
Nuestro bote
Nos recogieron al día siguiente puntuales y fuimos directamente a tomar el bote. La primera visita fue a una casa típica vietnamita, pero de gente adinerada, con un jardín con todos los arboles frutales imaginables y hasta con su templo incluido. De allí de nuevo en bote directos hasta la Pagoda Thien Mu, una pagoda de siete pisos preciosa cuyo templo alberga las reliquias de un monje bonzo que se quemó a si mismo en protesta por los ataques a su religión (de ahí viene lo de quemarse a lo bonzo). Seguimos nuestra ruta hasta el Templo Hon Chen, que vimos sólo desde fuera, ya que hasta la misma guía nos advirtió que no valía la pena. A la vuelta teníamos preparada nuestra comida: tofu, tortilla, verduras y como no arroz. Dejamos el bote para visitar la primera tumba del tour: Minh Mang Tomb. Nos habían dicho que no hacía falta entrar en las tres tumbas, ya que eran parecidas y las entradas costaban 80000 cada tumba. Decidimos entrar en la segunda: Khai Dinh Tomb. Nos encantó. Tras subir unas escaleras, nos esperaba una explanada con las estatuas de los guerreros y dos torres enormes. Detrás y tras más escaleras, estaba el edificio con la tumba. Todas las paredes están decoradas con cerámicas preciosas y los techos pintados con cabezas de dragones, además que habían sido pintados con los pies en lugar de con las manos. Pero lo más sorprendente es la habitación de la tumba, de todo menos sencilla, toda dorada y con las paredes de cerámica también y encima de la tumba una trona con la figura del emperador en dorado también....como ya hemos dicho, sencillito!!!

Tumba Khai Dinh








La tercera y última tumba: Tu Duc, la vimos desde fuera y esperamos al resto con una cervecita fresca. 
De vuelta a la ciudad, nos pararon en una tienda para ver como hacían el incienso, algo muy usado en este país e intentaron que compráramos algo como siempre, pero nosotros a estas alturas somos difíciles de convencer.
Inciensos 
Para despedirnos de la ciudad decidimos ir a cenar a orillas del río. elegimos un barecito en el que nos prepararon unas estupendas tellinas (enormes) y unas caracolas de mar (aún más enormes) en una salsa picante que estaban para chuparse los dedos, eso sí al final la boca nos quemaba tanto a causa del picante, que no hacíamos más que beber cerveza tras cerveza, apoyando los labios en el fresquito de la lata para aliviar el quemazón. Nuestro siguiente plato fue media raya al grill que también estaba buenísima. La mujer nos convenció para probar una sopa de pescado, como no sazonada con picante que hizo que empezáramos a sudar sin parar, mientras todos ellos se partían de risa. Acabamos con todas las cervezas frías que tenían !! Lo mejor de todo la cuenta al final que fue menos de 13€ así que nos fuimos al hotel doblemente contentos.
Uno de los platos
Veis las enormes guindillas!!!
Al día siguiente teníamos que coger de nuevo un bus a nuestro nuevo destino. Un bus que se nos iba a hacer muy largo, ya que teníamos que recorrer la distancia más larga hasta ahora. 
Amanecimos lloviendo a cántaros,cosa que no nos gustó mucho por miedo a como podía estar la carretera, y además no pudimos salir del hotel prácticamente hasta las 17:30 que venía nuestro bus. Alberto aún se escapó para cortarse el pelo y hacer una cosa que había visto en documentales y tenía curiosidad por hacerse: una limpieza de oídos. Como lo oís, estuvieron limpiándole las orejas y oídos y la verdad es que le encantó, ya os contará él en persona como fue....ahora ya sabéis que como siempre y más con estos buses, Un pis........y a viajarrrrrrrrrrr




13 de mayo de 2012

Hoi An !!! Preciosa ciudad antigua

Hoi An
Llegamos a Hoi An, después de mas de 12 horas de autobús en el que tuvimos "mucho roce", y es que tuvimos la mala suerte de que nos tocara las camas del final del bus, cinco camas, si separación alguna, en la que "quererse" era inevitable, pero a pesar de eso, de los continuos frenazos y del dedo ligero del conductor con el claxon, pudimos hasta dormir un rato. La verdad es que a esta gente le das un vehículo sin "pito" y les haces una gran "putada", es increíble!!!, notas que la ciudad se despierta, por el sonido de los pitos de fondo.
En fin, llegamos a la estación de bus, y no sabíamos muy bien dónde dirigirnos, no sabíamos si estábamos lejos o cerca del centro, así que decidimos aprovechar la situación, y nos fuimos con un shuttle bus de un hotel que estaba esperando en la estación, el "Sunflower Hotel". Llegamos para ver si nos gustaba la habitación y la verdad es que no estaba nada mal, con su piscina, desayuno buffet y wifi, por  18$/día, así que no quisimos buscar más, además tenía un servicio de bus que te llevaba al centro, aunque estaba a tan sólo 10 minutos caminando.
Desayunamos un poquito, descansamos y tras una buena ducha refrescante (a las 6:30 ya se nota un calor impresionante, decidimos ir a tomar nuestro primer contacto de esta nueva ciudad.

La furgo del hotel, nos dejó a la entrada de la "old town", y nada más bajar, supimos que nos iba a gustar mucho esta ciudad. Lo primero, es que dentro del casco viejo, no puede entrar ningún motor, ni coches, ni motos, ni nada que haga temer tu vida, así que daba gusto pasear por las calles. Segundo, realmente esto si que nos parece una ciudad típica vietnamita, con una mezcla colonial francesa que le da un aire perfecto a la ciudad. Aquí no hay edificios altos ni grandes estructuras como en las grandes ciudades, cosa que se agradece. Todas las calles del casco viejo está repletas de tiendas de souvenirs, pequeños restaurantes, casas de arte y sobretodo de tiendas de ropa de seda, en las que te puedes agenciar un vestuario completamente nuevo y a medida ( ya que te hacen las piezas para ti personalmente, por un precio brutal!!!!, lástima que estemos en este tipo de viaje, y nuestro presupuesto esté limitado, sino arrasaría !!!!
Puente Japonés
En el paseo, fuimos a ver una de las atracciones de la ciudad; "el puente japonés", que no conseguimos saber muy bien el motivo por el que se construyó, pero que es bastante curioso. Lo más curioso, es que te piden que pagues un ticket por atravesarlo desde la calle principal, pero si lo haces del lado contrario no pagas nada, ¿? Hay muchas calles curiosas por las que caminar, ya que siempre encuentras algún templo, algún teatro o algún edificio interesante. Seguimos nuestro paseo hasta la otra parte del río, atravesando un puente con decoración totalmente vietnamita, con sus farolillos y eso, muy bonito, aunque recuerda mucho al estilo chino, y es que los vietnamitas tienen una gran influencia china, o al menos eso nos parece a nosotros.
Mirar como me coge el brazo
¡¡¡Anda que me soltaba!!!
Seguimos recorriendo las callecitas, hasta llegar al mercado de la ciudad, algo más pequeño que el de Saigón, pero que vale la pena visitarlo. Es caótico y genial, con las motos  intentando atravesar los pequeños huecos entre las tiendas (sálvese quién pueda), la cantidad de puestos de fruta, comida, en fin de todo. Nos sorprendió un puesto con una cantidad tal de huevos de diferentes especies (que por supuesto no conseguimos averiguar) que por supuesto  tuvimos que inmortalizar en una fotografía y así en muchas más cosas. Lo mejor fue, cuando una mujer, me secuestró prácticamente, se enganchó a mi brazo e insistió en que hiciéramos una foto: inocente de mí, pensé que le habíamos hecho gracia y quería una foto con nosotros, hasta que soltó la típica frase de turno: "UN DOLAR" !!! ¿ Pero qué me estás contando? si has sido tú quién me ha secuestrado???? Por supuesto no le dimos nada y seguimos nuestro camino. Tenemos que decir, que estos vietnamitas se han espabilado muchísimo e intentan sacar lo máximo al turista, cosa que puedo entender en muchos casos, pero a veces se pasan un poquito, además no les puedes discutir nada, discutir con ellos es como darse cabezazos contra una pared, y además sales perdiendo seguro, así que lo mejor es no tener que hacerlo nunca. Pero sigamos...
Tras es paseo, viendo que nuestras ropas estaban ya completamente empapadas, y necesitábamos algo de relax, fuimos a lo que mejor sabíamos hacer: tostarnos al sol en la piscina del hotel... Jo como nos gusta Hoi An!!!
A pesar de que había sido un día duro (por el viaje), teníamos ganas de ver la zona vieja iluminada, y realmente vale la pena, con todas las calles, los puentes, los bares, vamos todo, iluminado con los farolillos de diferentes colores que dan un aspecto precioso a la ciudad. No hay que perdérselo.
Preciosos!!

Cenamos en uno de los locales a orillas del río: Curry de pato y hamburguesa de atún. Y lo mejor, jarras de cerveza frías (aquí no es tan fácil), por el increíble precio de 4000 vnd, ¡¡SOLO 0,15 €!!!!  os lo podéis creer!!! imaginaos como nos pusimos, jajaja. Y además con vistas!!!
Para ser el primer día, la verdad es que lo aprovechamos al máximo, así que en cuanto llegamos al hotel, caímos rendiditos.
Ruinas MySon
El barco de vuelta
Al día siguiente, contratamos una excursión para ir a MySon, unas ruinas a las afueras de la ciudad, ya qu
e las otras excursiones no nos parecieron interesantes. Costó 6$/p/p por ir en bus hasta las ruinas y regresar en bote por el río. La sorpresa la tuvimos cuando el guía nos dice que hay que pagar 60000vnd p/p para entrar a las ruinas, y es que en la agencia no nos habían dicho nada, como a casi ninguno de los que íbamos, otra jugarreta de ellos, y como es imposible dialogar ni discutir, no nos quedó otra que pagar, menos mal que las cantidades no son grandes. Las ruinas no se si valen mucho la pena, ya que la mayoría están muy maltrechas a causa de las bombas durante la guerra de Vietnam, pero aún se puede intuir parte de su estructura original. Son muy parecidas, por no decir iguales, a los templos en Indonesia, así que a nosotros no nos impresionó demasiado. Lo peor de todo fue el calor horrible que hacía, no hacíamos más que beber agua, que no llegaba ni al estómago, directamente iba a todos los poros de nuestra piel, empapándonos toda la ropa. Tras visitar las ruinas, nos tenían que llevar en bus al puerto para tomar el bote, pero si se descuidan nos llevan a al ciudad con el bus. Ya veis que lo que se dice "encantaos" de la excursión no estábamos, pero todo no puede ser siempre genial, ni precioso ni perfecto.

La "mejor"· burguer que
hemos comido nunca
¡¡Deliciosa!!
Llegamos al hotel, deseando darnos una ducha y refrescarnos en la piscina, y lo mismo hicimos con la ropa, que fue directa a la bañera, para darle una limpieza. Luego estábamos aún tan cansados que decidimos cenar en un bar al lado del hotel y resultó magnífico. Además que la chica que nos atendió era encantadora, los platos estaban buenísimos. Alberto pidió una hamburguesa que tenemos que decir que es una de las mejores que hemos comido nunca, dónde la carne estaba recién picada para hacerla, y además estaba sazonada con "algo" que le daba un sabor brutal, y yo pedí un plato típico: rollitos rellenos de queso que venían acompañados de un aliño de frutos secos, que estaba para chuparse los dedos. Después de esa exquisita cena, no nos quedó otra que pedirnos un mojito para finalizar la velada, y es que por menos de 2€ es algo que aún podemos permitirnos ;-)
Nuestro último día en Hoi An, era muy especial: "Nada menos que el 42 Cumpleaños de Alberto". decidimos tomarnos el día con calma, así que nada más desayunar nos tumbamos en las hamacas de la piscina para leer y tomar un baño de sol (que a Alber tanto le gusta). Después comida en el mismo restaurante que tanto nos había gustado la noche anterior: "Vina Ngon". De verdad es el mejor en el que hemos comido desde que llegamos a Vietnam y se puede probar sin miedo cualquier plato. Alberto volvió a pedir la hamburguesa que tantísimo le había gustado la noche anterior y yo me arriesgué con una especialidad de la casa que por cierto resultó exquisita. Tras reposar un poquito la comida, decidimos alquilar unas bicis para ir a ver la playa que estaba a unos 4 km. No os penséis que es cosa de coser y cantar, aquí la bici es el eslabón más débil, y debes estar atento a cualquier claxon que te está advirtiendo que te quites de su camino. Menos mal que aquí el tráfico era más tranquilo y pudimos disfrutar de un perfecto paseo entre campos y ríos hasta llegar a la playa.
Como ya hemos comentado antes, los vietnamitas en general, huyen del sol, así que encuentras playas desiertas por las mañanas (bueno sólo con turistas) pero la cosa cambia cuando empieza a ponerse el sol, dónde todos los vietnamitas, acuden en familia, en manada, a bañarse, cenar y pasar la tarde. Nosotros llegamos justo a tiempo para ver este cambio de personal, cuando los turistas empezaban a irse porque se iba el sol y empezaban a llegar todos los locales al mogollón, con esterillas de 4x4, para extenderlas en la arena. En un momento la playa estaba abarrotada. Pero ahí no acaba la cosa. Todos ellos se bañan vestidos, incluso en vaqueros, es impresionante. Aquí la venta de bikinis no tiene ningún futuro!!!
así no se quedan marcas
La idea era ver la puesta de sol, pero el día estaba nublado y no íbamos a ver nada, así que decidimos volver antes  para pasear por la ciudad, además no queríamos que se nos hiciera de noche.
El paseo fue genial, nos metimos incluso por las calles del mercado, con bici y todo, no veas para pasar, fue toda una odisea y para refrescarnos antes de volver tomamos por supuesto unas jarritas de cervezas de esas de 0,15 € a orillas del río. Regresamos para arreglarnos y prepararnos para celebrar el cumple de Alber, y por supuesto fuimos a cenar a nuestro local habitual, esta vez para degustar unos buenísimos platos vietnamitas. El menu: Fried Wontón (que nadie debería perderse); While rose; Spring roll shrimp; y el plato estrella "Grill pork" servido con papel de arroz para prepararse uno mismo los rollitos. Estaban impresionantes!!!! de hecho hasta grabamos un vídeo para luego poder acordarnos en España e intentar hacerlos para nuestros amigos. Nada más entrar al restaurante las chicas ya estaban cantando el cumpleaños feliz, pero lo que no sabía Alberto es que le tenían preparada una sorpresita: "Su tarta de Cumpleaños", que bonicas!!! La verdad es que nos han hecho pasar unos buenos ratos, disfrutando además de una comida excelente, así que de verdad si alguien tiene la oportunidad de ir, no lo lamentará.
Felicidades Alberto!!!!

Acabamos reventados de tanta comida y lo pasamos genial. Nos despedimos de las chicas, dándoles mil gracias por tratarnos tan bien y nos fuimos a descansar ya que al día siguiente nuestro bus salía prontito. Como siempre y antes de dormir....un pis y a esperar que sorpresas nos iba a deparar nuestro próximo bus...¡¡Qué miedo!!

11 de mayo de 2012

Preciosa bahía de Nha Trang

Pescando en la bahía de Nha Trang
Llegamos tras una noche muy larga a Nha Trang y preguntamos directamente dónde estaba la playa, para buscar cerca un hotel dónde estar los tres días que pensábamos estar allí. Tras ver un par, nos decidimos por Nice Swan, un hotel completamente nuevo, en segunda línea de playa, con piscina, por 22$ habitación con desayuno y wifi. La habitación era genial y super limpia. Muy recomendable.

Nuestro hotelito
Tras instalarnos, descansar un poquito (aún eran las 6am) y refrescarnos, fuimos a conocer un poco la ciudad, para ver que nos podía ofrecer. 
Lo primero que hicimos fue caminar por el paseo que recorre la larguísima playa, dónde puedes ver toda la bahía con las islas alrededor. Una cosa que sorprende, es que a los vietnamitas no les gusta mucho el sol, así que suelen disfrutar de la playa hacia el atardecer o debajo de alguna sombra. Otra cosa, es que realmente son ellos y no los turistas, los que no cuidan mucho la playa, ya que suelen tirar todos los residuos a la arena al agua, por lo que muchas veces encuentras bastante porquería en las orillas o flotando en los ríos o mares, una verdadera pena, porque te quita las ganas hasta de bañarte. Seguimos nuestro paseo hasta que empezó a llover    a lo bestia,con los que fuimos de nuevo al hotel. La verdad es que pensábamos que al empezar la época de lluvias, esto iba a suceder más a menudo, pero nada más lejos de la realidad, estamos teniendo un tiempo increíble, y cuando llueve es durante tan sólo unos minutos. Ojalá siga así!!!
Bajamos de nuevo a buscar un sitio dónde comer, y como a Alberto le encantan los puestos callejeros, nos sentamos en uno cerca del hotel. ¡A buena hora! Aunque le habíamos preguntado el precio antes de sentarnos, cuando llegó la hora de pagar, nos pidió mucho más de lo que pensábamos, así que empezamos a discutir con él, ya que a nuestros vecinos lugareños, por un plato tres veces más grande les había cobrado la mitad que a nosotros, pero hay que decir que es una tontería discutir con ellos, da igual que les razones, ellos siguen con sus treces y al final, por puro aburrimiento les pagas y te piras. Ya nos lo advirtió Angel en Saigón, pero acabábamos de vivirlo por nosotros mismos. No nos volverá a pasar, jajajaja, a mi con esas. eso sí, les dije ladrones y de todo, pero no tenían ni P.Idea de lo que les estaba diciendo.
Pagoda Long Son
Pagoda Long Son

Para olvidarnos del tema, salimos a pasear de nuevo, esta vez rumbo a la Pagoda Long son, que resultó estar más lejos de lo que pensábamos pero que valió la pena. También le llaman el Templo del Buda blanco, ya que en la cima de la colina del templo, hay una estatua de un buda gigante blanco, sentado en una flor de loto que es impresionante. Eso sí, para llegar hasta él, hay que subir casi 200 escalones, con lo que cuando llegas a la cima es más importante recuperar el aliento que dejarte impresionar por el tamaño del buda. Cuando te recuperas, puedes disfrutar también de las vistas de toda la ciudad. De vuelta, paramos en el mercado central de la ciudad, caótico como todos los mercados aquí, dónde todos intentan que pares en sus puestos para comprar alguna cosilla, aunque con nosotros ahora lo tienen difícil, jajaja, y eso que en otra época éramos carne de cañón y lo comprábamos toditoooooo.
Frutas locales

Nuestro siguiente día lo dedicamos a a recuperar un poco el tono morenito que tanto nos gusta, y nos fuimos a la playa. La verdad es que nos es fácil aguantar el sol aquí, quema queda gusto, así que tienes que estar todo el rato en el agua, que como ya he dicho no siempre está limpia, así que tras dos horitas nos fuimos a la piscina del hotel que estaba mucho mejor. Aún tuvimos fuerzas de bajar por la noche a un pequeño mercadillo al lado del hotel antes de irnos a dormir.
Papeo en el barco
En Nha Trang, hay varias excursiones que se pueden hacer. Nosotros decidimos hacer un tour a un par de islas para hacer snorkel. La verdad, es que una vez en el bote que nos llevaba a la primera de las islas, disfrutas más aún de la bahía, ya que el agua se hace de un azul turquesa precioso, que no ves a orillas de la playa. En nuestra primer parada, pudimos disfrutar de una gran variedad de corales, más de los que vimos en Australia, y de múltiples peces de colores impresionantes, además el día era tan soleado que teníamos una visibilidad perfecta. En el segundo lugar, en la misma isla,volvimos a disfrutar de tiempo para bucear mientras esperábamos a que nos prepararan la comida, que estuvo genial y abundante,con 5 o 6 platos diferentes típicos vietnamitas. Nos sorprendió gratamente, ya que en otros tours sólo había un platito de arroz con algo de carne.
Para nuestra tercera inmersión (de snorkel, ahora os contaré porque no buceamos), cambiamos de isla, y aquí además de los corales y peces, vimos preciosas estrellas de mar azules y una especie de serpientes o gusanos larguísimos que al principio me tenían acojonada, hasta que ví que nos se desplazan apenas, así que estaba a salvo....como para encontrarme con un tiburón estoy!!!!
La única pena fue no tener una cámara acuática, pero prometemos solucionar este asuntillo para próximos acontecimientos.
Lo de hacer snorkel en lugar de bucear, fue porque leyendo las excursiones vimos que no se veía a 5 0 10 metros, así que pensábamos que no valía la pena esperar a bucear en algún sitio más idóneo, y la verdad es que hicimos bien, ya que los buzos estaban a tan sólo 5 metros debajo de nosotros, estábamos prácticamente juntos, así que nos alegramos de no haberlo elegido. 
De vuelta a la ciudad, satisfechos con nuestro día, lo acabamos disfrutando en la piscina, con unas cervecitas heladas que teníamos en nuestra nevera. Se puede pedir más pero sería abusar!!
Vistas desde la barca

En nuestro último día en Nha Trang, decidimos hacer la excursión a Monkey Islan, ya que el autobús no salía hasta las 7. ¡Gran Error!! Que chapuza mas grande!!! No nos gustó nada. Que bien venden las excursiones en la publicidad y agencias. Como mucho, si alguien va con niños, puede entretenerse, ya que vimos varios espectáculos de animales (malísimos), pero sino por favor no contratarla. Como siempre hay que sacar algo positivo, tenemos que decir que al menos vimos 3 islas diferentes de la bahía y disfrutamos de alguna playa bastante bonita, pero nada más. La nota más curiosa fue los monos que están sueltos en la última isla, de ahí su nombre, que acuden corriendo cuando ven a los turistas para ver si pueden robarles algo de comida. Los puedes ver como locos correteando por todas partes y saltando de árbol en árbol.

Monkey Island
Saltando
Yo tuve la suerte de encontrarme con otro animal que no esperaba: una pequeña serpiente verde, que hizo que saltara de mi hamaca, aunque el mono que fue directamente a por ella, no tenía tanto miedo como yo. Yo tan valiente como siempre, jajaja.

Regresamos al hotel justo para darnos una ducha rápida y esperar a que pasaran a recogernos para llevarnos a la estación de autobuses para tomar el bus rumbo a Hoi An, nuestro próximo destino, esperando a que el trayecto no fuera muy duro. Así que como siempre y ahora mas que nunca (recordar que en el bus no hay baño), un pis y..........




7 de mayo de 2012

Welcome to Vietnam!!! "El Mekong"

Ho Chi Min
Tras un madrugón impresionante en Singapur, tomamos nuestro vuelo hacia Vietnam, nuestro próximo destino, deseando conocer todos esos lugares que habíamos visto en películas, fotos y videos. Nada más llegar al aeropuerto cogimos un taxi que nos llevó a la calle dónde se encuentra todos los hostels de backpackers: Pham Nhu Lao. En Vietnam hay sólo dos compañías de taxi de las que te puedes fiar: Vinasun  y Mailing,  ya que las otras te pueden cobrar más del doble.
Una vez en la zona, nos pusimos a buscar que hostel nos parecía mejor, y finalmente después de regatear un poco y de ver la habitación, nos decidimos por el hotel "Phan Anh", dónde pagamos unos 15€ por una habitación doble con baño que estaba super limpia. Por fin se ha acabado el compartir habitación!!!!BIEN!!
Mercado
Como siempre, tras un refrigerio, nos fuimos a conocer nuestro nuevo barrio, y fue por el camino dónde nos encontramos con Angel, un murciano que lleva viviendo unos 3 años en Vietnam, dando clases de español. Nos invitó a un cafecito mientras nos contaba cosas de Vietnam, de sus gentes y contándonos un poco su historia. Además se ofreció a enseñarnos un poco de la ciudad al día siguiente, así que, que mejor guía para enseñarnos esto, que un paisano.
Después de dejarlo, nos fuimos a pasear a Ben Thanh Market, el mercado "pijo" de la ciudad, dónde van a comprar los vietnamitas ricos, según nos dijo Angel después. En él puedes encontrar de todo: desde camisetas, zapatillas, regalitos y luego todo el pescado fresco o comida que necesites. Las dependientas de los puestecitos, se nos cogía del brazo para que les compráramos algo y no nos soltaban.
Entre el calor agotador que hacía y el madrugón, acabamos muertecitos, por lo que nos fuimos bien pronto a descansar y disfrutar del A/C de la habitación.
Oficina de Correos
Al día siguiente habíamos quedado con Angel a las 9:30, y puntuales llegamos a nuestra cita. Nos enseñó caminando prácticamente todo el centro de la ciudad y lo imprescindible de ver: lo que llamaríamos el  ayuntamiento de la ciudad, la Post Office, que nos gustó mucho, La Notre Dame de Saigón y Reunification Palace, que vimos sólo por fuera porque había que pagar. Lo curioso fue que en la pequeña puerta dónde estaba el control de entrada, había un tapón con todas las motos que querían entrar dentro del palacio, y es que aquí no se bajan de la moto para casi nada, puedes verlos comprar en la puerta de una tienda encima de la moto, haciendo una siesta sobre la moto y así miles de cosas curiosas. Y es que Saigón, tiene el record guiness de motos, hay millones de ellas, todo el mundo tiene al menos una moto. imaginaros la odisea de cruzar una calle, cuando te ves a un montón de motos yendo hacia a ti desde todos los puntos, es una locura!!! sólo hay que no pensar y decidirse a cruzar, esperando que te esquiven y rezando para llegar al otro lado de la calle. 

Quién se atreve a cruzar????
Mientras veíamos toda la ciudad nos iba explicando curiosidades de la ciudad y otras muchas más acerca de como son los vietnamitas, sobretodo en lo referente a los extranjeros. Después del paseo nos paramos a comer en un puesto pequeño de comida local, dónde comimos por tan solo 35000VND p/p ( menos de 1,5€ ), además como Angel hablaba vietnamés nos podía explicar que estábamos comiendo exactamente, lo que está muy bien.
Tras despedirnos de él, agradeciéndole el tiempo que nos había dedicado y todo lo que nos había explicado, nos fuimos a concretar nuestras excursiones para el día siguiente, ya que aquí los precios son tan buenos que incluso haciendo excursiones no nos salimos del presupuesto.
Decidimos hacer una excursión para ver Cao Dai Temple y los tuneles de Cu Chi, por tan solo 5€ p/p.

Templo Cao Dai
Salíamos a las 8 de la mañana rumbo al templo de Cao Dai, dónde practican una religión curiosa y de pocos seguidores, dónde los seguidores pueden vestirse de azul, amarillo ,rojo o blanco, según su condición. Llegamos justo a las 12, que es cuando hacen su servicio. La ceremonia, con los cánticos y rezos es algo muy curioso de ver. Otra curiosidad, es que algunos locales de la zona, acuden también cerca del templo, para poder practicar su inglés con todos los turistas que acudimos a la misma hora todos los días. ¡Buena Idea!
Entrando al túnel
De allí a los famosos túneles de Cu Chi usados por las guerrillas en la guerra de Vietnam y que recorrían cientos de km, conectando los distintos pueblos y ciudades.
Los túneles son tan estrechos que nosotros no nos atrevimos a meternos en uno de los originales por miedo a quedarnos atascados, pero pudimos meternos en otro algo más grande. La verdad es que es un poco claustrofóbico, ya que el calor es insufrible y además está casi a oscuras, menos mal que había salidas cada 30 metros ya que mucha gente se salía agobiada. Nosotros conseguimos llegar al final, eso sí con toda la ropa y el cuerpo empapado de sudor, pero la experiencia valió la pena.

Delta del Mekong
En los canales
Al día siguiente, salíamos hacia una nueva excursión: "Mekong Delta" , que consistía en conocer un poco como vive la gente en el río. Subidos a un bote de motor, que parceía que se iba a undir, visitamos varias islas del río,dónde escuchamos la música tradicional y dónde comimos también la gran variedad de frutas tropicales que aquí tienen. Por cierto aquí las comen incluso con un sazonado de chili, que por supuesto Alberto probó y quedó encantado. La mejor parte del día, fue cuando nos subimos a una barca pequeña para recorrer los canales del río, antes de volver a nuestra barcaza. El segundo día nos deparaba lo mejor del tour, al menos para nosotros: un paseo por uno de los mercados flotantes más grandes y de mayor actividad: "Cai Rang floating market" en Can Tho river. Es genial dar un paseo con todo el jaleo que se forma a primera hora de  la mañana y ver como las barcas se enganchan a la tuya para ofrecerte desde café helado, hasta toda la fruta que quieras, recién cortada y preparada. De hecho, nos comimos una de las piñas más sabrosas de mi vida, pelada expresamente para nosotros.
Mercado Flotante
Mercado Flotante
Es genial como la gente intercambiaba y compraba sus cosas desde los botes. Después del mercado fuimos a ver como hacen los noodles de arroz, incluso yo misma tuve la oportunidad de intentar colocar una de las masas para secarlas después, tarea nada fácil, pero la verdad es que fue una visita demasiado rápida y apenas vimos un poco de esta curiosa faena.
Sin duda lo mejor de la excursión es que te permite ver como viven las gentes en el Delta del Mekong, ya que tienes la oportunidad de ver de cerca sus casas, sus  costumbres y su forma de vida...AMAZING.
Nuestro último día en Ho Chi Min, lo dedicamos a buscar un sitio dónde darnos un homenaje: El deseado masaje vietnamita. La verdad es que en la zona dónde estábamos, hay mil lugares dónde poder elegir y dónde obtener un buen precio y un buen servicio, y no me refiero a esos sitios dónde te ofrecen un "final feliz", ya me entendéis. Elegimos un sitio, dónde por 120000 vnd (no llega a 5€), disfrutamos de un masaje de 60 minutos brutal, y hablo literalmente, ya que nada mas empezar la chica estaba subida de pie encima de mi espalda!!! y yo que pensaba que iba a ser todo relajación. Pero la verdad es que al final estábamos como nuevos, preparados para tomar nuestro primer bus nocturno en Vietnam.
Mi camita
Es fácil viajar en bus. Hay muchas líneas de buses que te llevan a las ciudades más importantes. Nosotros elegimos una compañía para hacer los 4 tramos hasta llegar a Hanoi, por el módico precio de 25€ p/p, en un bus cama, y vuelvo a hablar literalmente, ya que no hay asientos en el bus, sino hileras de literas, algo estrechas, eso sí, para tumbarte y dormir durante todo el trayecto, curioso, verdad?? El único problema de estos buses es la cantidad de paradas que hace a lo largo del trayecto, ya que te despiertas continuamente, pero es un mal menor. Así que como siempre, antes de embarcarnos en esta nueva aventura, siempre es bueno Un Pis.... nunca mejor dicho, ya que el bus no tenía baño, jajaja.


1 de mayo de 2012

Singapur

Decidimos ir hacia Singapur en un tren "nocturno" para variar, aunque esta vez intentamos coger un coche cama, ya que los precios son mas que asequibles, pero tuvimos la mala suerte de que estaba todo lleno, así que nos tuvimos que conformar con un asiento en segunda clase, por el precio módico de 18€ los dos. La verdad es que si no hubiera sido porque el aire acondicionado estaba súper alto (parecía Siberia), hubiéramos pasado buena noche. La verdad, es que el tema de la aduana, nos sorprendió bastante, por su rapidez. Entró un policía en la penúltima estación para hacer la salida de Malasya (2min) y en la última estación pasábamos el control de entrada a Singapur, que fue también muy rápido. La verdad es que el tren te deja separado de la city,pero hay autobuses en la misma salida, que por 2,20$SGDp/p, nos dejaron casi en la puerta de nuestra hostel, situado en pleno corazón de "Little India", uno de los barrios más emblemáticos de la ciudad junto a Chinatown. El hostel: "Inn-Crowd" ,no estaba mal, bastante básico pero limpio, aunque tuvimos un pequeño invitado que se estuvo paseando por la habitación haciendo que algunas chicas decidieran dormir en las literas altas, jajaja, total por un ratoncillo de na!!!!.
"Little India", nuestro barrio
La verdad es que Singapur, es bastante diferente al resto de Asia, sobretodo se nota en la limpieza de sus calles, cosa normal, ya que te pueden poner multas altas por tirar papeles al suelo e incluso por comer chicles ( cuyo contrabando está prohibido; Que fuerte!!). Además de la limpieza, Singapur se caracteriza por sus altísimos edificios y como no, por tener uno de los hoteles más lujosos y modernos de Asia, que sorprendentemente no es el más caro. 
Chili en grandes cantidades
En nuestro primer día, como siempre nos dedicamos a conocer nuestro barrio, que a todas horas tiene un ambiente increíble. Pero creo que si de una cosa podemos hablar de little india, es de su colorido, ya que cada casita tiene la fachada de un color, dándole un aspecto muy chulo. Otra cosa curiosa es la cantidad de joyerías, todo a base de oro, el oro más amarillo que he visto nunca (aquí es de mas kilates), pero sobretodo porque las piezas, son todo menos sencillas,y es que a los hindúes les encanta el oro. En toda la zona, además se nota una mezcla de olor a especias e incienso, que hace que a veces resulte algo molesto, sobretodo si se junta con el calor excesivo, pero es un barrio que vale la pena visitar.


Nuestro segundo día, nos fuimos a Sentosa, una isla pegada a Singapur, convertida en una especie de isla temática. Nos fuimos con Gabriela, una mejicana afincada en Irlanda, que conocimos en el hostel. El trayecto a Sentosa, cuesta sólo 3$, y allí puedes tomar todos los medios de transporte gratis. Es una isla más que curiosa, dónde puedes encontrarte desde Universal Studios, la Tiger tower, desde dónde se divisa toda la ciudad, y otras muchas atracciones. Además han hecho como unas playas artificiales donde puedes refrescarte un poquito, ya que el calor realmente es horrible y la humedad hace que estés todo el día sudando. Sentosa da de si para pasar un día entero, y eso sin entrar en ninguna de las actividades, así que es un sitio curioso y diferente para ir.
Hotel Marina Bay Sand
De vuelta a la ciudad, decidimos intentar subir a uno de los hoteles mas lujosos de Singapur: el Hotel Marina Bay Sands, que tiene un mirador en la terraza dónde hay unas vistas impresionantes de la ciudad.
Vistas desde el hotel
Se supone que hay que pagar para que te dejen subir arriba a la terraza, pero como Alberto no tiene vergüenza, y Gabriela aún mucho menos, nos colamos en uno de los ascensores  y allí que subimos. Yo estaba muerta de la vergüenza y cagada por si nos echaban, menos mal que estaban ellos ahí. Ya arrriba, pasamos el control de la puerta diciendo que íbamos al restaurante, y aunque indecisos, al final nos dejaron pasar. Una vez dentro, conseguimos incluso que nos dejaran entrar en la zona de la piscina, que es de ensueño. La verdad es que las vistas desde allí arriba son las mejores para ver toda la ciudad y más de noche, con toda la ciudad iluminada. Fue un final de día perfecto!!!
Chinatown

Bordeando el río
El último día, fuimos por toda la zona que bordea el río, y la verdad es que nos sorprendió ya que hay muchos edificios pequeños de distintos colores cada uno, convertidos en bares y restaurantes que son muy bonitos. Paseando, paseando, llegamos hasta Chinatown, y de nuevo nos gustó mucho más que en Kuala Lumpur, mucho mas limpio, mas grande y más ordenado. Vimos un templo Chino enorme, de 5 pisos de altura, en el que incluso pudimos entrar. Pero lo mejor del barrio chino es la pequeña locura de sus miles de tiendecitas, sus luces y su caos. 
Cansadísimos y con la faena hecha, nos fuimos a descansar, ya que a las 4 am teníamos que levantarnos para volar a nuestro próximo destino: Vietnam. Así que nos despedimos de Gabriela e intentamos dormir alguna horita, cosa que resultó algo difícil, no sin antes como siempre, un pis.......